Empezando esta aventura

EMPEZANDO ESTA AVENTURA

Por fin aquí está la sorpresita que os venía anunciando estos días.

Espero que este espacio llegue a ser un lugar de encuentro interactivo; ese libro de visitas; el diario de bitácora en el que también vosotros reflejéis libremente vuestras impresiones y emociones, y así nos enriquezcamos todos.

¡Ojalá que os guste! Irene

martes, 6 de mayo de 2014

Cambios

Queridos FFF (familia, amigos y seguidores, ininglispitinglis):

Sinopsis, para los que vais con prisas:

1.       Me siento mejor.

2.       Continúo combinando tratamientos de medicina alopática, con terapias energéticas, medicina holística y terapias psicológicas muy especializadas.

3.       Me cambio de casa.

4.       Firmo en la Feria del Libro de Madrid

5.       Entre todos me habéis devuelto las ganas de vivir. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

Desarrollo. Ya sabéis, a veces profunda, a veces descriptiva y a veces irónica, pero tratando de poner todas las comas en su sitio:

Hace ya 39 días que, desesperada, sin fuerzas y con ganas de tirar la toalla, os pedí ayuda energética y amorosa… y ahí estuvisteis y estáis, una vez más, de mil maneras, incluso con un contador de corazones diario en Facebook, razón ésta por la cual sé con exactitud cuántos días han pasado.

En este mes me he embarcado en varias cosas nuevas, incluso he salido unos días de viaje y eso no habría sido posible sin el aporte extra y concentrado de energía y cariño que me habéis dado. De verdad, creéroslo porque es así.

Pienso en cómo estaba entonces y en cómo estoy ahora y no doy crédito. He recuperado gran parte de mi energía vital y la serenidad (y también los pelos, las cejas y las pestañas). Aquella etapa de ratona fue una experiencia durísima, que me enfrentó directamente con la muerte, en muchas de  sus variantes. Supongo que fue necesaria para que aprendiese algo y tal vez por eso, hoy, veo la vida desde otra perspectiva. He pasado del: «ya no espero nada de la vida» al «qué espera la vida de mí», o en definitiva, «para qué estoy aquí aún». Lo estoy descubriendo…

Las novedades:

Además del tratamiento de quimioterapia, que es una vez por semana y que tiene como efecto secundario principal que 48 horas después paso un día muy cansada, me está haciendo seguimiento de la herida y de la infección una médico internista que bien podría presentarse a un concurso de coctelería antibiótica porque, de momento, no he tenido que ingresar en el hospital otra vez, a pesar de que los bichos que se me han colado son unos hijos de puta resistentes. 

Las curas me siguen limitando, pero ahora he descubierto que me las pueden hacer los enfermeros del Centro de Salud, lo que libera bastante a las amigas que estaban viniendo a casa a curarme e incluso me permite pensar en algún viaje.

También he entrado en una fase de reorganizar mi vida en distintas áreas, tratando de abrir vías complementarias a la quimio para mi sanación y buscando mi bienestar, físico y emocional.

He tenido algunas sesiones de psicología transgeneracional y de reprogramación celular con Enric Corbera y Cristina Cáceres. Me han servido para tomar conciencia de cuáles de mis relaciones me estaban generando estrés y por qué. Una vez que lo vi claro, tomé acción, hablando, incluso discutiendo, con quien tocaba y tratando de encauzar esas relaciones hacia un punto más equilibrado. Me ha sido difícil mover la ficha sin saber qué desplazamientos iban a producirse en los demás, pero a corto plazo yo he ganado en tranquilidad y, de cara al futuro, creo que todos ganamos. Parece que estuviera hablando de algo misterioso, pero básicamente se trata de un análisis del sistema familiar con diferentes técnicas (PNL, Constelaciones, repetición de patrones, etc.) para poner al descubierto los desequilibrios relacionales, que en mi caso son fundamentalmente con mis hijos y su padre y con mi madre. Vamos, lo normal, son las personas más importantes de mi vida. No sé hasta qué punto esto está relacionado con el cáncer, lo que sí sé es que hoy vivo más serena, más en paz.

Por otro lado, he cambiado mi dieta. Es algo que ya había empezado a hacer y que tuve que suspender durante el ensayo. Esta vez me está siguiendo el Dr. Martí Boch, del que muchos habréis oído hablar. Dieta alcalina, sin carnes rojas, ni leche, ni azúcares, ni grasa. Un cambio de hábitos tremendo para mí, pero estoy en ello y creo que bien. Al menos el jamón cinco jotas y el buen vino tinto se consideran saludables. Durante un mes he estado agobiada con eso de la comida, porque imagináos la situación: con lo que me gusta comer fuera y lo poco que me gusta cocinar, una semana estoy yo sola con la dieta alcalina, de productos integrales y ecológicos, y la siguiente semana vienen los niños y la chica. Esta no come cerdo, Javier es vegetariano y Sergio se niega a renunciar a un buen chuletón… un caos caótico… pero el asunto ya está más o menos encauzado y se me ha pasado el agobio.

La dieta va complementada con un montón de gotitas que saben a aguardiente del malo y con cápsulas de vitaminas, colágeno, oligoelementos, aminoácidos y hasta con unas inyecciones de enzimas (creo) que van a fabricar a partir del sedimento de mi propia orina… el objetivo es limpiar al máximo mi organismo de tóxicos, para que el hígado, los riñones, la piel o los pulmones tengan capacidad de funcionamiento, reforzar a tope el sistema inmunitario, regenerar tejidos y crear un “ambiente” desfavorable para el cáncer.

El resultado aún está por ver, pero es cierto que día a día me voy encontrando mejor, más fuerte y recuperando peso y, sobre todo, las ganas de estar activa. Los análisis de sangre me van saliendo fantásticos y aunque a veces me siento cansada, mi aspecto y estado general son buenos, ante el estupor del General y demás oncólogos. 

En fin, se trata de abrir nuevos caminos además de la quimio, que ya veis que no está teniendo mucho éxito conmigo. Estoy igualmente a la espera de los estudios genéticos que están haciendo en USA y de ver cómo evolucionan mis ratones. No sé por dónde va el cáncer ni cuándo me harán pruebas. Dedico mucho tiempo a todo esto, pero pocas veces pienso ya en términos de enfermedad, sino de salud.

También me cambio de casa este mes. Es un piso bastante hermoso, aquí en Boadilla, con mucha luz, en una urba residencial, pero al lado de todos los servicios y de la zona por donde salen los adolescentes. Yo creo que cada casa tiene su momento, en función del período de la vida de quienes la habitan. He estado en esta, en general, muy a gusto. He vivido momentos maravillosos y momentos jorobadísimos, pero sobre todo, cuando Alberto y yo nos separamos, cumplió una función importante para los peques, gracias a los jardines comunes y la cantidad de niños que viven aquí. Y ahora… toca otra cosa.

Debería escribir con más frecuencia, que se acumulan los asuntos para contaros y luego me salen correos larguísimos.

¡He vuelto a escribir también! De momento mi diario, que lo tenía abandonado, y algún relatito, pero es un gran paso, ya que estuve días y días sin querer siquiera abrir el ordenador.

Algo que me hace muchísima ilusión es que empezamos ahora con la promoción del último cuento: La danza del tiempo. Algunos de vosotros lo habéis comprado ya en la tienda on-line de Cuento de Luz. De momento es la mejor opción, pero me consta que los distribuidores ya se están poniendo las pilas con las principales librerías. Otra buena opción es Amazon y otra aún mejor: pasarse por el stand de Cuento de Luz en la Feria del Libro de Madrid, aprovechar para darme un beso y ¡llevaros el cuento dedicado por el ilustrador y la autora! Ya confirmaré fechas, pero me parece algo extraordinario para el ego eso de firmar en la Feria del libro. ¿A que mola?

A nivel espiritual sigo indagando, aprendiendo y tratando de reflejar lo aprendido de manera natural, sin adoctrinamientos, solamente con el ejemplo a mis hijos, o abriendo mi intimidad con correos como este, por ejemplo.

Continúo recibiendo todo el reiki que puedo y hago bastante meditación a mi manera.

Y siempre estoy agradecida y me siento afortunada, porque me cuidáis, mimáis, consentís, ayudáis, sostenéis, rezáis, soportáis, comprendéis, dibujáis, consoláis, animáis, empujáis… podría seguir y seguir, con verbos y con nombres propios, pero hay una palabra que lo dice todo: AMOR

Releo lo que he escrito e imagino que muchas cosas os sonarán a chino, pero ¡para eso está San Google y toda vuestra curiosidad!

Os mando miles de besos, y son nada, en comparación con lo que recibo de vosotros.

Irene
modocambios on+

Sí...ya sé que no son horas


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