"Estar enfermo o moribundo es sobre todo y en gran medida una cuestión de estilo"
Esta es una de las joyas que nos regala Anatole Broyard en su ensayo "Ebrio de enfermedad", que el autor escribió durante su cohabitación con un cáncer de próstata.
El libro entero es un alegato a la dignidad humana. Está bien escrito, se lee fácilmente y encierra lecciones de vida útiles para todos porque, enfermos o no, en algún momento tendremos que enfrentarnos a nuestra propia muerte.
No es un libro de auto-ayuda. Tampoco es un libro sobre la muerte lacrimógeno o victimista. Es directo, franco, completo, profundo, reflexivo y a la vez irónico. Exactamente en el estilo que él eligió para si mismo.
"Una enfermedad crítica es como un gran permiso, una autorización o una absolución".
Como enferma de cáncer, me identifico con ésta y muchas otras de las reflexiones que nos vamos encontrando por el libro. A menudo mis amigos y familiares me comentan que estoy desconocida, más radiante y luminosa que nunca, con más sabiduría y con una desinhibición que a muchos escandaliza. Es mi estilo para vivir esta etapa de mi vida. El cáncer ha sido mi gran permiso, mi gran oportunidad de modificar muchos de mis valores, desprenderme de muchos de mis yoes y encontrar mi esencia.
"La escritura es un contrapunto de mi enfermedad. Obliga al cáncer a pasar por mi carácter antes de que pueda llegar a mí".
Broyard era escritor, crítico literario y director del suplemento literario de The New York Times. Pero creo, una vez más coincido en esto con él, que no es necesario ser escritor para utilizar la literatura con fines terapéuticos, para construir nuestro propio relato y con nuestro propio estilo. Es una manera de reivindicar cierto poder sobre nuestra propia existencia.
Especialmente brillante es el capítulo tercero: El paciente examina al médico. Han pasado más de veinte años desde que Broyard examinó a su médico, pero aún hoy y por desgracia sus planteamientos están de actualidad. Esperas de tu médico, no sólo que sea un buen médico, sino que además sea un ser humano y se permita serlo con sus pacientes, que sea también un poco filósofo y metafísico y que tenga sentido del humor. A medida que leía este capítulo, yo misma examinaba a mi médico, a mi General, y debo reconocer que pasa el examen con un sobresaliente alto.
Dice Broyard: "Sería más feliz con un médico ingenioso, que supiera apreciar la comedia además de la tragedia de mi enfermedad, sus manías y excentricidades, los chistes de una personalidad que ya no tiene nada que perder"...porque "el médico es el único pariente en un país extranjero". Lo sospechaba y lo ratifico ahora por qué hay oncólogos que tienen tan buena fama entre colegas y sobre todo pacientes. Hoy en día, los avances farmacológicos y científicos están prácticamente al alcance de todos los médicos. Lo que marca la gran diferencia es su calidad humana y su trato con el paciente. Gracias mi General por ser como eres.
Felicidades a Ediciones La Uña Rota por traernos este ensayo sobre la enfermedad, traducido además al español por nuestro laureado Miguel Martínez-Lage. No hace falta estar enfermo para disfrutar de él.
Irene Aparici
Nota bibliográfica:
Título original: Intoxicated by My Illness (and Other Writings on Life and Death)
Título en español: Ebrio de enfermedad
Autor: Anatole Broyard - 1992
Primera edición en castellano: marzo 2013
Editorial: La Uña Rota
Traducción: Miguel Martínez-Lage, 2013
Ilustración de la portada: Gonzalo Borondo, 2013
ISBN: 978-84-95291-25-7
Empezando esta aventura
EMPEZANDO ESTA AVENTURA
Espero que este espacio llegue a ser un lugar de encuentro interactivo; ese libro de visitas; el diario de bitácora en el que también vosotros reflejéis libremente vuestras impresiones y emociones, y así nos enriquezcamos todos.
¡Ojalá que os guste! Irene
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