Hoy he ayudado a mamá a cocinar. Es raro verla últimamente en la cocina. Estamos esperando a que nazca el hermanito y dice que todo le huele mal.
Pero hoy ha sido genial. ¡Vamos a freír alitas de pollo rebozadas en harina!
- ¿Te puedo ayudar, mamá?
- Claro Nico, tú pondrás la harina.
Me encanta jugar con la harina: mancharme las manos y también la nariz. Cuando hemos acabado, sobraba mucha harina en el plato.
- Mami, ¿puedo jugar con ella como hago en casa de la YAYAPURI?
- Y ¿qué haces en casa de la YAYAPURI?
- Uy, ¡muchas cosas! Siempre jugamos en la cocina. Hacemos tarta de manzana, torrijas, sopa de pollo…yo le ayudo mucho, pero ¡lo más divertido es cuando me deja jugar con la harina!
- ¿Y qué quieres hacer ahora?
- Mira…se le pone un poquito de agua…¡y se hace una masa!
- ¿Y ya está?
- Mamá, ¡no te enteras! Amasar es de lo más diver. Primero te pringas todas las manos, porque es muy pegajosa. Pero amasas, amasas y amasas, hasta que se queda así, mira, como plastilina.
- Ahhhh, ¿y a eso juegas con la YAYAPURI?
- ¡Y nos lo pasamos muy bien! Un día hice una pizza. Otro día hice unas tiras largas, largas y me las puse como si fueran un bigote.
- Y hoy, ¿hoy qué vas a hacer?
- Hoy…me voy a hacer una máscara del Fantasma de la Ópera
- ¡¿Tú te sabes la historia del Fantasma de la Ópera!?
- ¡Pues claaaaaro, mami! Cuando cocinamos la YAYAPURI siempre me cuenta sus historias. ¿Sabes? Ha viajado por todo el mundo y tiene una máquina del tiempo. Al fantasma de la ópera lo conoció cuando vivía en París, fueron novios. Y también era amiga de Tarzán y de la mona Chita y fue criada de Cleopatra.
- Uy, ¡qué susto me has dado con la máscara! Ven que te voy a hacer una foto con el móvil y se la mandamos a tu YAYAPURI, ¡a ver si adivina si eres tú o su novio el de París!
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